Aprovechando que hemos dedicado la última revista al resurgimiento de la espiritualidad, publicamos aquí la charla que Claudia Gramajo tuvo con Laia de Ahumada hace un tiempo.

No habría pensado nunca que aquella conferencia a la que asistí por interés personal, daría lugar a este intercambio profundo, provocador y actual con Laia de Ahumada. 

 Doctora en filología catalana, escritora e investigadora, es especialista en escritura femenina de la época moderna y en escritura espiritual y mística. De la escritura, le interesa la creación de un nuevo lenguaje que transmita la experiencia fuera de los ámbitos religiosos, con la intención de traspasar así las fronteras y aproximar la experiencia espiritual a toda persona en búsqueda, en lo que se supone un trabajo cuidado de la lengua y una búsqueda de la palabra capaz de expresar. Imparte cursos y conferencias sobre diferentes temas en su ámbito de acción, estudio y pensamiento y colabora en diferentes publicaciones, impulsada por un único deseo que orienta la escritura, la investigación y el trabajo social: compartir la riqueza de saber quiénes somos. También es inspiradora del Centro Abierto Heura y de la asociación Tierra Franca desde se continúa promoviendo proyectos e iniciativas que tengan relación con una mejora de la vida de las personas. 

 Esencialmente la temática de sus libros es el camino espiritual y la búsqueda interior. Como dice ella misma: “cada libro es una aventura y por eso estoy abierta a la sorpresa de lo que pueda surgir. Me dijo llevar por la intuición y esta me va mostrando el camino. No hay nada que espere o que no espere. Y todo me sorprende porque cada persona es sagrada”. 

 Aquel día hablaba de Santa Teresa, de su testimonio de coraje y firmeza, de su llamada a la autenticidad y a la interioridad, de su vivencia del Evangelio empapada de humanismo y centrada en el amor etc. pero Laia fue más allá …Este es el fruto del intercambio que tuvimos, en el cual se despierta la extraordinaria actualidad de la santa de Ávila, así como de los desafíos y elementos comunes de aquella y de la actual búsqueda espiritual. Una llamada que hoy resurge con fuerza y que al mismo tiempo nos interpela y nos estimula. 

¿Cuáles son las principales características de la espiritualidad del siglo XVI en el cual vivió Santa Teresa? ¿Cuál era la inquietud religiosa del momento? 

 Es difícil hacer un resumen sobre este tema porque es muy complejo y tiene muchos factores que intervienen, pero te diré uno que puede ser el que más marca Santa Teresa de Jesús es el interés por la búsqueda de la interioridad promovido por diferentes movimientos emergentes. Se busca una comunión más personal con Dios, un recogimiento, representado por el Tercer abecedario espiritual de Francisco de Osuna: “El recogimiento no hace otra cosa sino vaciarnos de nosotros mismos para que Dios se extienda más en el corazón. Es el alma que se vacía y busca a Dios dentro de síque se libera del pensamiento discursivo y se prepara para la comunicación y la amistad con Dios. Es lo que Teresa ejemplifica en: “Alma, buscarte has en Mí, y a Mí buscarte has en tiHay una defensa, una legitimación de la interioridad personal por encima de la autoridad religiosa, de experiencia personal frente a la creencia. 

 Como especialista en literatura mística femenina ¿cuál es la aportación de la Santa para nuestro siglo? 

 Su capacidad de ser quien es, en un contexto donde se hacía difícil y más todavía siendo una mujer. La fuerza que la lleva a encarnar lo que ha experimentado, a la vida, a asumir, con total libertad, la responsabilidad de llegar a ser eso para lo que ha sido creada : eso que ella dice que es de Dios pero que Dios le dice que es de ella.: “Haz lo que es en ti y déjame tú a Mí y no te inquietes por nada. Teresa nos habla de la posibilidad que tenemos de desarrollar todas las capacidades, que son infinitas, con tal de vivir una vida plena y con sentido, y al mismo tiempo nos convida a comprometernos en hacer posible la vida en nuestro alrededor y defenderla. 

 Por lo que respecta a la búsqueda constante del ser humano, el Absoluto ¿cuáles son los principales cambios que encuentras en el presente siglo XXI?  

 Estamos en un momento de crisis global, económica, política, medioambiental, social y también religiosa. Precisamente el ser humano está gestando una nueva manera de posicionarse en el mundo: más humana menos violentamás respetuosa con la tierra y  las personas, más relacional y todo junto conlleva también una espiritualidad que se caracteriza por ser no dual, más cósmica por un retorno a la naturaleza, al silencio al cultivo de la interioridad y también por una necesidad de desligarse de los parámetros existentes para caminar sin caminos y sin etiquetas, de una forma más autosuficiente, con comunidades pequeñas, dando un valor absoluto a la propia conciencia y en la libertad personal. 

 Actualmente se diferencia entre persona religiosa y espiritual y surgen diferentes caminos para trascender: el silencio, la naturaleza, el arte, el pensamiento. ¿cuál es tu opinión? 

 La espiritualidad que en el siglo XVI estaba contenida dentro de la copa de la religión, con una clara intención de reformarla, ahora vierte la copa y camina sola pero donde no hay caminos. La copa, la religión, se identifica como una institución religiosa se deja de lado por qué se considera que frecuentemente secuestra el mensaje original y lo encapsula en dogmas y creencias que obstaculizan la posibilidad de la experiencia. Hace tiempos que se vive en la calle esta espiritualidad espontánea, fuera de la religión, y pienso que no se ha de menospreciar porque es un movimiento emergente que engloba muchas personas en una búsqueda profunda. 

 En tu último libro Espirituales sin religión publicado por Fragmenta editorialofreces diferentes ejemplos concretos de vivencia de una espiritualidad laicaun fenómeno claramente emergente. Háblanos de eso. 

 Se trata de un libro de entrevistas con 15 personas, que, al margen de la frontera de la religión, encuentran otros caminos para trascenderse, para maravillarse y encarnarse: la naturaleza, el silencio, el compromiso, el arte, la ciencia, la cultura, el conocimiento, la economía… que expresan una voluntad clara de querer vivir la espiritualidad al margen en la frontera de las estructuras religiosas, porque no responden a sus necesidades. Al mismo tiempo que ven la necesidad de superar las estructuras religiosas, de ir más allá, también ven la necesidad de superar los parámetros por los cuales se rige la sociedad occidental: defienden el valor de ser persona por encima del materialismode la cultura del del hacer y detener. Quieren construir un mundo mejor y tener claro que eso se hace con el compromiso del día díaque es un compromiso a nivel global global porque consideran que todo está interconectado. Quieren ser protagonistas de su vida y no quieren hacer lo que toca, sino lo que creen que han de hacer. Es esa frase de Lucas a la demostración a Teófilo: “Hombre si eres consciente de lo que haces, eres feliz“ Aquello que hacen es aquello que son. No hay diferencias, no hay departamentos, porque su espiritualidad está enraizada, toca con los pies en tierra. No hay división sino plenitud. 

Esta actitud interior implica un cambio en la manera de posicionarse en el mundo. A pesar de que los avances científicos nos hacen sentir, no el centro del mundo, sino los amos del mundo, hay una consciencia que la tierra , el alma  y la sociedad son una triada indispensable para llevar una vida sostenible donde lo importante es: “tener menos para sostenerse más. 

Por Claudia Gramajo

Entrevista a Laia de Ahumada publicada en la revista número 160.

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