Felipe Campos para mí es un ejemplo de sostén social. Desde la Asociación Educativa Itaca trabaja para que cada persona que acude a la asociación tenga la posibilidad de elegir su futuro. Esa es su verdadera ambición social que se ha convertido en su desafío más personal. Pero ¿cómo llego a tenerlo tan claro? Muchas veces llegamos a ser Historias Vivas gracias a otras Historias Vivas que conocimos y tomamos como nuestros referentes. De eso va la que sigue a continuación.

¿Cuáles fueron tus referentes?

Mis abuelos que eran pastores, pero querían darles una oportunidad a sus hijos y vinieron a Barcelona, concretamente a Hospitalet. Por ello me siento en deuda constante con esta ciudad.

Y luego hay personas concretas y vitales, que aparecieron en el momento justo. El primero es mi profe de instituto, Pedro, que era presidente de la ONG Akwaba y con 16 años me invitó a conocerla. Vi chavales que no tenían nada ni nadie que los esperase en casa y ahí tomé consciencia de que mi vida no era normal, que yo era un privilegiado.

Tomé conciencia de que la realidad puede ser como un cubo de Rubik: según como la mires ves un color u otro.

Acabado el instituto, Felipe tenía claro que quería ayudar a la gente y la mejor manera sería estudiando medicina. Sin embargo, su padre le dijo que había demasiados médicos y que el futuro era de los ingenieros. Comenzó a estudiar informática, pero dentro crecía una contradicción. En medio de esa crisis existencial en la que había decidido dejar la carrera y estudiar Educación Social, Felipe conoce a la segunda persona vital para él: Francesc que en ese momento era también voluntario en ITACA.

¿Qué te dijo Francesc?

¿Desde cuándo, para cambiar el mundo, solo puedes ser una cosa? Para cambiar el mundo necesitamos periodistas, abogados, economistas, médicos… Todas las personas tienen una gran responsabilidad para cambiar el mundo. Tú te estás sesgando en que sólo si eres educador social vas a cambiar el mundo. Qué triste… porque estás excluyendo al resto de la humanidad.

Y añadió: “Tú tienes habilidades con los números, tienes capacidad de gestión, necesitamos buenos gestores de los recursos para aplicarlos y ayudar a la gente”.

Y le hice caso. Comencé económicas y me di cuenta de que la economía y las inquietudes sociales tenían sus puntos de encuentro. Todo se enlaza en la vida.

Entonces… Pedro te descubrió la vocación -ayudar a la gente-, y Francesc la profesión –Económicas- ¿Quién te inspiró en la determinación?

Mi mujer. Porque es pediatra. Ser médico es muy difícil, no sólo por la larga carrera de estudio, residencia, etc. Ser médico es una clara vocación por el otro, cuando todo está perdido.

Era un niño cuando me enamoré de ella y de su determinación por ayudar cuando en apariencia todo está perdido. Me cautivó y continúa haciéndolo.

¿La conclusión, Felipe?

Aprendí a dar las gracias profundas a esas personas que, sin saberlo, fueron y son vitales para mí. Procuro buscarme el tiempo y quedar para dar las gracias de verdad. Hace poco pude hacerlo con Pedro, porque él me mostró una realidad que no era de manual, ni de película, y estaba ahí a dos manzanas de mi casa. No era necesario irme a África.

Cuando le agradecí, su respuesta fue: yo te agradezco a ti porque ahora somos amigos…

Felipe actualmente es director de la Asociación educativa Itaca.


Y, conocida la persona, conozcamos ahora a Itaca, la Asociación educativa en la que Felipe pasa cada día desde hace 14 años. Y me lo cuenta así.

Sobre la motivación

He aprendido que cada paso que hacemos, cuando es de verdad y es firme, vale por un millón. Salir de la situación de pobreza es muy complicado. Para salir de ahí el primer paso es poder tener la capacidad y oportunidad de elegir, elegir sobre la propia vida y la de los hijos cuando toca.

Sobre el cómo

En Itaca tenemos campañas de ayudas económicas y becas, pero cuando conseguimos que esa persona tenga poder adquisitivo en su bolsillo para decidir… eso es dignidad. En Itaca cuidamos a sus hijos, los recogemos del cole, garantizamos una alimentación saludable, ofrecemos refuerzo escolar.

Y el hasta dónde

Nuestro objetivo es conseguir el éxito, más que salir del fracaso. Trabajamos en formación y capacitación y luchamos por una oportunidad laboral. Sólo con esa oportunidad algún día vendrá un padre o una madre a decirnos: “Hoy mi hijo ya viene a comer a casa. Este año no vendrá al casal”.

Y ese día -me dice Felipe y mientras se le pone la piel de gallina- ya hemos dado un paso que vale por 1000. Esa familia ya puede finalmente elegir.

La clave

En Itaca tenemos referentes familiares, una figura que en el argot social no existe. Son aquellas personas que tienen una charla con esa mamá, ese papá, para preguntarles sinceramente ¿qué tal? ¿cómo estás? Y este cómo estás es concretar e ir más allá del expediente. La historia de cada uno es el motor de Itaca,  porque tenemos que acompañar.

Yo ya me ocupo de mover los expedientes y conseguir los recursos. Soy ambicioso, pero con los pies en el suelo.

Y yo añado a la frase de Felipe: Y el corazón en las personas y sus historias.


Un momento: El nacimiento de Blanca, mi hija

Un lugar: Itaca, es una isla que existe de verdad

Una palabra: Amor

Un color: Lila

Una frase: Más importante que la meta, el camino.

Acerca del autor

Fotógrafa a Raquel Banchio Fotografía Vivencial | Web | Más artículos

Fotógrafa Vivencial desde 2014. Colabora en Ciutat Nova con la sección de Historias Vivas y la imagen visual de la revista.

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